Una de las formas en las que se puede producir una reacción química es por transferencia de electrones de unas sustancias a otras. La pérdida de electrones es conocida como oxidación y la ganancia de éstos como reducción.
La glucosa es una sustancia que se oxida fácilmente cuando se encuentra en un medio alcalino.
Lo que sucede es una reacción de oxidación de la glucosa por el oxígeno del aire que hay en el frasco, de modo que la nueva sustancia formada -y debido a la acción catalizadora del azul de metileno- nos ofrece el nuevo color.
Al agitar la mezcla, favorecemos el contacto entre los reactivos, produciéndose la citada oxidación. Mientras quede oxígeno en el frasco podremos provocar esa reacción. Las oscilaciones de color se pueden suceder cuantas veces queramos con tal de agitar, reposar, volver a agitar, etc.
Lo que ocurre es:
Glucosa (red) + oxígeno ácido glucónico (ox) + OH-
Para observar la reacción utilizamos un indicador, el azul de metileno, que se presenta en dos formas: cuando hay oxígeno presente en la disolución el indicador toma un color azul (forma oxidada). Al agitar estamos disolviendo el oxígeno del aire en la disolución que tenemos en la botella. Pero, si el oxígeno se agota la disolución se decolora porque el azul de metileno se transforma en su forma reducida. Al dejar en reposo el oxígeno disuelto reacciona con la glucosa.
Podemos considerar la reacción en dos etapas:
Al dejar reposar la botella:
(indicador azul) + glucosa–>indicador incoloro) + ácido glucónico
Forma oxidada Forma reducida
Con el oxígeno del aire: al agitar la botella
(indicador incoloro) + oxígeno + agua–> (indicador azul) + OH-
Forma reducida Forma oxidada